Refugio de campo






























Realizado en el barrio La Elena (Tandil). Estructura de madera revestida con machimbre en el exterior y placas de fenólico en el interior.
La ubicación de la casa y la elevación de la construcción brindan una vista privilegiada del Cerro El Centinela y el cordón serrano.
Desde el punto arquitectónico se apuntó a un espacio funcional para resguardarse del “afuera”, con una puerta de doble hoja, que integra el espacio semi cubierto de la pérgola y a un deck que amplía la superficie plana (en un terreno con pendiente). Para proteger el espacio semi cubierto de la pérgola de la lluvia y el sol, se techó con un policarbonato color humo, con filtro UV, con caída lateral. Asimismo, se realizó un techo a un agua con caída en la parte posterior, con la posibilidad de recolectar el agua de lluvia en un tanque auxiliar. Además, se dejó un vano en el espacio cerrado para colocar una puerta lateral en previsión de una futura ampliación. Las dimensiones del refugio son 4,20 x 2,20 (interior), y el deck con la pérgola tiene 4,40 x 4,50.
Para las terminaciones exteriores se priorizó una combinación de colores que permitiera darle un aspecto moderno y en sintonía con el paisaje. Se optó por el color blanco traslúcido, que brinda un tono claro a la vista, pero a la vez deja entrever las vetas de la propia madera. Los marcos, las aberturas, las vigas interiores y las ménsulas exteriores del techo se pintaron de color aguamarina, que le otorga la sensación de frescura que lo identifica. Para el interior se eligió un color blanco tiza pleno para dar mayor sensación de amplitud al espacio; y para los pisos, tanto del deck como el interior, se utilizó pintura transparente para resaltar la calidez natural de la madera de eucalipto utilizada. Las fundaciones del refugio se pintaron de color negro buscando la sensación de que la construcción se suspenda en el terreno.
Todas las caras de la construcción fueron recubiertas con materiales aislantes de primera calidad, de esa manera se logra que el interior sea fresco en verano y cálido en invierno, resultando un verdadero refugio ante la gran amplitud térmica y los vientos intensos de la zona.
Las pinturas utilizadas son amigables con el medio ambiente. El desperdicio de material de toda la obra fue del 7% aproximadamente y el trabajo fue realizado en 27 días.